Re – Sección Urbana parte II: implicancias de la economía informal

(Imagen 1) Invasión informal en Lomas de Amancaes (Rímac). Polemos.pe

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) (2015), en sus objetivos de desarrollo sostenible al 2050, referido a ciudades y comunidades sostenibles, plantea que la mitad de la población vive en ciudades y que para el 2050 serán dos tercios de la humanidad. Esto es sumamente preocupante ya que, en las últimas décadas, Lima ha crecido en 1200%, pero liderada por asentamientos informales, con centros de pobreza extrema.

En el 2017 Perú, contaba con 30.3 millones de habitantes y un índice de pobreza del 21.77%. Alrededor de las ciudades se encuentran anillos de pobreza causadas por una economía que tiene sus bases en el deterioro ecológico y social. “La economía no sólo se debe basar en acrecentar las riquezas renacientes sin menoscabo de los bienes fondo”, sostuvo José Manuel Naredo. Un plan efectivo para el crecimiento económico no sólo debe estar enfrascado en las actividades productivas y la obtención de beneficios por ello, sino a contribuir al aumento de las riquezas renovables con las que contamos para beneficio y aprovechamiento de todos.

La idea de crecimiento según Naredo (2006) está en relación a la expansión del mundo físico, que alcanzaba también al “reino mineral” (p.5b), por eso que la condición del territorio está subyugada a un deterioro ecológico en países subdesarrollados, esto lo reconoce Naredo (2006) en su obra Raíces económicas del deterioro ecológico y social, y afirma lo siguiente: 

Quesnay atribuye a la minería entre las actividades productivas porque trabajan con riquezas renacientes. En su libro, Tableau economique (Quesnay, 1758), manifestó: “el crecimiento económico-medido en términos físicos y monetarios – se situaba en correspondencia con el crecimiento físico, no sólo de las riquezas renacientes, sino de la propia tierra que las generaba” (p.5c). Por lo tanto, el crecimiento que propone la economía actual, que además se viene ejecutando con mayor intensidad, es la depredación o transformación del territorio sin pensar en la sostenibilidad como punto esencial del desarrollo económico del país.

El hecho de medir un desarrollo prioriza lo económico y deja de lado el ambiente, a pesar de que se reconoce que la pobreza es la mayor causa y efecto de los problemas ambientales. Según la Organización de las Naciones para la Alimentación y Agricultura (FAO) (s.f.): “se debe priorizar la naturaleza y los recursos naturales, incorporando políticas que no solo sean de explotación de la naturaleza sino a un manejo de estos, defendiendo la equidad internacional” (p.1).

La informalidad es uno de los problemas sociales y económicos más influyentes que afecta al desarrollo y crecimiento de cada país en vía de desarrollo, por ese motivo el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI) en el 2012 postuló dos indicadores relevantes. El primero, que los hogares con trabajo formal, se hallan en el área urbana (98%) y la mitad en Lima metropolitana (49%).

(Imagen 2) Foto Gino León. 2017. AAHH. Villa Jardín de la Hoyada. Manchay.

Los trabajos informales, se hallan repartidos equitativamente en áreas urbanas (51%) y rurales (49%). (INEI, p.127). La segunda, está relacionada al nivel de vivienda que difiere según el origen de ingreso, en hogares donde el ingreso es formal el 78% vive en casa independiente y 14% en departamento, siendo que 4 de cada 5 viven en domicilios de ladrillo o bloque de cemento. En cambio, los hogares con ingreso informal, el 89% viven en casa independiente, el 1% vive en departamento y el 4% vive en choza o cabaña. Solo el 28% vive en domicilios de paredes de ladrillo o bloque de concreto, el 40% de material adobe y 12% en tapia.(INEI, p.128).

Por lo tanto conocemos que los hogares con ingresos informales viven en casas independientes en su mayoría ubicadas en asentamientos humanos, como consecuencia, las familias tuvieron que afrontar las barreras que el Estado no pudo controlar y mitigar a tiempo. Según De Soto: “que en su llegada a la ciudad los migrantes tuvieron que afrontar la hostilidad de la institucionalidad existente que les impedía acceder formalmente a la vivienda, la educación, la empresa y el trabajo” (p.317), contribuyendo al surgimiento de una nueva vibrante economía informal.